miércoles, 18 de mayo de 2011

Llegó el día. Ya ha llegado y no se como empezar, mis labios no pronuncian las palabras acordadas la noche anterior, mis manos no reaccionan a su figura, mis ojos están paralizados, están hundiéndose en sus propias lágrimas, y yo sigo sin saber como empezar.
Él me mira fijamente, mientras se lleva la mano a la cabeza y mira hacia el suelo buscando una explicacíón que yo no soy capaz de soltar.
Mis labios al fin se abren, pero para mal... Empiezo a tartamudear y las palabras se enredan en mi boca, las manos me tiemblan y las lágrimas de mis ojos al fin caen, cruzando toda mi cara hasta llegar al final de la barbilla dónde cae hacia el suelo. Entonces él reacciona y empieza a mirarme mal, con una mirada dolorida y confusa, una mirada de tristeza y añoranza. 
Le intento coger de las manos mientras le intento explicar lo sucedido, pero él se aparta de mi lado dejando muy claro que ya no soy lo que era antes en su vida, dejando pequeños puntos suspensivos entre nuestros nombres, varios espacios en nuestras iniciales y borrando el gran corazón que nos unía. 
Y así fue como pasó, como todo se acabó, como toda nuestra relación se esfumó, así fue. Y todavía yo sigo sin saber como empezar.

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