Abres pasos a tus emociones, las dejas en libertad y pierdes la conciencia y la razón de lo real. ¿Existe acaso la realidad? ¿Aún crees que el vendrá a pedirte perdón, que te amará para siempre?
Amar es cosa de dos, y si un amante se deja vencer en el estúpido juego del amor ambos caen en picado como gotas de agua tras un día de lluvia.
Ni tú quieres sufrir ni él continuar.