Perdona todos mis miedos, mis inseguridades, mis ganas de huir.
Lo nuestro prometía no ser una historia más, porque ni tú ni yo éramos simplemente ''unos más''. Nos reíamos y con eso me bastaba, me sentía querida, y con eso me era suficiente. No supe comprenderte, pero sobre todo, no supe comprenderme a mi misma. Nunca he sido chica de buenas palabras, ni buenos sentimientos. Nunca he sabido expresarme de la forma correcta, siempre acababa equivocándome... Fallando a alguien, y esta vez fuiste tú.