martes, 29 de julio de 2014

Agujero negro.

Una sola palabra. Todo lo que conlleva una sola palabra en una simple frase. Una palabra que lo cambia TODO o que por otro lado, no cambia NADA. Esa palabra que nunca te esperas y por ese motivo se vuelve más dolorosa o satisfactoria, según la persona, el tiempo, el modo, o los géneros -masculino y femenino, tú y yo-.
No hay NADA peor o mejor que escuchar, decir, oír, gritar esa palabra. Con un cartelito sobre mi pecho, siguiendo la situación geográfica de mi corazón -y mis sentimientos-, con la frase ''ATENTE A LAS CONSECUENCIAS'' llegaste a mi vida como un huracán. Conocía la alerta pero no los daños incluidos, no su ferocidad, su arrastre al agujero negro que era tu corazón.

Palabras que esconden amenazas, compromisos, sacrilegios, suspiros, latidos... corazones. Son palabras. Simples palabras. Palabras que se escogen y se dicen en el momento, lugar y situación geográfica -mi corazón, intentando sobrevivir- adecuada, y sin embargo, elegiste las NO correctas. Elegiste hacerme daño para salir ileso, sin saber que tu corazón no tiene cura.