Soñar, ese momento en el que nadie más que tu manejas los momentos como se te antoje, haces lo que quieres cuando quieres. Ese verbo que siempre nos hace sonreír, ilusionarnos y sobre todo caer en la esperanza del mañana, de que todo será mejor en el próximo sueño. Sin embargo, caes. Llega la peor pesadilla que jamás has podido tener y todos tus sueños se hacen pedazos, dejando sólo el resto de lo que fue esa ilusión.
No es que todo esté en tu contra, es que eres tu quién no se quiere dar cuenta de los errores que cometes, de lo lejos que siempre lo ves todo y de lo fácil que puede resultar a veces.
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