Aun recuerdo ese lugar en el que te conocí por primera vez, parece que el destino lo hizo así para que ahora cada instante que lo recuerdo el olor de las flores me invade. Recuerdo que estaba en mi bicicleta cuando entonces nos chocamos, sin querer te dí tal golpe que caíste inmediatamente al suelo. Me acerqué a ver si estabas bien, y entonces algo pasó. Te levantaste tan rápido que metí un bote del susto, estabas tan avergonzado y no parabas de pedirme perdón una y otra vez. Empecé a reírme de tal forma que te contagiaste.
-Perdóname tu a mi que no miraba por donde iba, ¿estás bien?
·Si, hahaha que extraño ¿verdad?
-¿El qué?
· Normalmente somos los chicos los que nos chocamos y pedimos perdón a las chicas, y en este caso ha sido al contrario. Pero bueno, me alegro de haber podido chocarme con una chica como tú.
-Ya, ya... Supongo que eso se lo dirás a todas, ¿no?
·Te equivocas, únicamente contigo.
-¿Por algo en especial?
·Sí
-¿Por?
·Por ti, por tu sonrisa y tu forma de caminar. Llevaba varios días observándote y hoy decidí conocerte.
-Idiota, acabas de estropear el choque romántico.
·¿Me darás la oportunidad de chocarme de nuevo contigo?
-De acuerdo, pero la próxima vez intenta hacerte menos daño.
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