Cuando me quiero dar cuenta estoy gritando, aferrándome a mi verdad, esa verdad que ni siquiera existe. Sujeto entre mis manos la esperanza y sin darme cuenta ha quedado totalmente aplastada, ya no se que hacer si reírme o llorar. Decido soltar los restos que aun habitan en mis manos y dedicarte un pequeño gesto de odio.
No sé si me comprenderás, pero tampoco pretendo que lo hagas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario