domingo, 10 de junio de 2012

Un primer paso:

No importaba quien fueras ni siquiera de donde venías. Sólo quería conocer tu nombre y poder decírtelo al oído.
 Y ahora que me conoces tal y como soy, ahora que sabes de que estoy hecha, háblame. Dime que sientes cuando dices mi nombre, que piensas cuando sonrío, que aparece por tu mente cuando hablan de mí. Sé sincero y dime que sientes por mí, porque si tienes el valor de reconocerlo, te prometo que te haré el más feliz del mundo y que jamás te dejaré marchar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario