domingo, 6 de mayo de 2012

Caerse nunca fue tan patético.

Te sientas en la misma silla de siempre, te levantas y das una vuelta por la habitación. Nada ha cambiado, sigues igual de inútil y de bicho raro que siempre, sin embargo, miras por la ventana y ves que ha salido el Sol. Puede que sea una estupidez, pero te hace sonreír y sentir tranquilidad. Y entonces, una vez que decides salir de casa e ir a verle jugar al fútbol, te caes. Metes la pata hasta el fondo de un charco y tus pelos ya no son lo que era. Decides taparte con el gorro de la sudadera y es entonces cuando te vé, sucia y despeinada. Es ahí cuando te das cuenta de que te quiere, porque te sonríe como si nada, te da su camisa para que te cambies y te besa en la frente. Sí chica sí, eres todo lo que te pasa.

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