viernes, 24 de febrero de 2012

Nadie es perfecto.

Cuando estoy nerviosa hago cosas como esta, sí, hablo mucho. A veces de plano no puedo cerrar la maldita boca y es que debo decirle a alguien que nadie lo escuchará. Y ahí es cuando me veo tan odiosa, me olvido de las consecuencias y pierdo los sentidos por minuto. Y en el calor del momento abro la boca y las palabras empiezan a fluir.
Pero nunca quise hacerte daño. Es hora de que aprenda a tratar a la gente que amo al igual que me gustaría  que me amaran. Esta es una lección aprendida. Odio haberte dejado caer y me siento mal por ello. Supongo que el karma regresa porque ahora soy yo la que está sufriendo.
Y odio haberte hecho pensar que la confianza que teníamos está rota, así que no me digas que no puedes perdonarme, porque nadie es perfecto...

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