Me mentiste, me humillaste como si no fuera nada, como si fuera una piedra que molesta en tu camino. Me hiciste desaparecer del tal forma como si nunca hubiese existido, y aún así... te seguía queriendo. Me dejaste sola, dolida y con un millón de insultos sobre mi espalda, haciéndome caer con cada caída. Me hiciste creer que me querías y cuando me quise dar cuenta ya no estabas a mi lado, te fuiste sin decirme donde, sin despedirte, sin recordar todo lo que nos queríamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario