Cierra los ojos, aprieta tu mano fuertemente al diente de león, deja fluir tu imaginación y pide tu deseo. Una vez pronunciado eleva tu cara hacia delante y allí estará, tu deseo se habrá echo realidad. Pero antes de que esto ocurra él ya se te habrá adelantado, será él el que te mire a la cara, será a él a quien se le haya cumplido el deseo.
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